Media maratón Yo Amo ES 2015!
El famoso "tunco" que le da nombre a su playa. |
Y se llegó el momento feliz en que El Salvador y los amigos llaman y se emprende el viaje hacia la hermana y colindante república: el Señorío de Cuscatlán, tierra de los antiguos pipiles, San Salvador con sus calores y sus playas inmediatas y afables.
Tres años hace que corrí mi primera YoAmoEs, media maratón de San Salvador, sin tener la idea de la dureza de la carrera, marcada por ese clima tan caluroso y esas cuestas pronunciadas que hacen de la ruta un suplicio, un reto, y por ella una delicia al cruzar la meta.
En esta ocasión dudé un poco en participar, pues estaba tentado por la media maratón que se correrá en San José, Costa Rica, el 8 de marzo próximo, denominada "Chepe Corre". Al final la balanza se decantó hacia San Salvador, considerando la cercanía y el costo del pasaje, así como la posibilidad de sumar "una más" a mi colección particular de esta carrera.
¡Los colores de Guatemala! |
Salí del trabajo al medio día, uno de mis colaboradores más queridos tuvo a bien dejarme frente al Holiday Inn desde donde salen los buses de la empresa Pullmantur, pasada la una de la tarde. Es una oficina pequeña y limpia, en la que esperé un rato antes del chequeo de equipaje para abordar la unidad, espaciosa y cómoda.
A las dos en punto salí para la guanancia. El recorrido es corto en realidad, de Ciudad de Guatemala hacia la frontera de Valle Nuevo se sintió como un suspiro leyendo los Cuentos de Dunk y Egg y viendo por momentos la adaptación cinemática de "The Fault in Our Stars".
A pesar de todo lo que se ha convenido sobre integración centroamericana, el paso por la frontera es todavía engorroso, perdiendo una hora preciosa en ese limbo. A las cinco de la tarde, al fin, ya en tierras salvadoreñas, salimos hacia Cuscatlán disparados. A las seis de la tarde con cincuenta y nueve minutos estaba el bus aparcándose frente al Sheratón de San Salvador, mi destino.
Mis anfitriones magníficos se prodigaron en atenciones y deliciosa comida, tanta, que temo que regresé un poco más gordo a pesar de los rigores de la carrera. Pero nunca falta el buen vino en la casa P/A, ni la buena comida ni el cariño. Luego de la comilona de la cena del viernes, tocó dormir sin taparse en ese calor tropical que amodorra e incluso ahoga.
El sábado fue un día de relajamiento, luego de un desayuno abundante y suculento, fuimos por los expo es pequeñita, y en un tris teníamos la playera (bonita), el número con el chip y el par de regalitos que nos dieron con ocasión del evento.
implementos de la carrera para evitar los incidentes desagradables de 2014. La
La zamarreta, ¡bonita, bonita! |
Luego fue el mar, bajamos a la playa El Tunco, cercana y famosa, con un aire a Panajachel para los amantes de la bohemia y el trago. La famosa formación rocosa que le da nombre a la playa no me pareció un tunco (cerdo, coche, puerco) sino alguna clase de embarcación maya viajando con su carga hacia latitudes ignotas.
Luego el regreso a la ciudad, hice algunas compras en un comercial cercano, el gatorade para el gólgota que me esperaba. La carga de hidratos en la cena fue una deliciosísima pasta con camarones cortesía de la chefcita AE con la que me dí un atracón del que todavía me relamo los labios y los dedos, más vino, más, como debe de ser, pastelito, plática y hasta entonces el sueño.
Me amaneció pronto, a las cinco desperté y todavía jugué un rato en la cama con mi pereza y el calor que daba sus primeras caricias. Cercanas las seis empecé a preparar mis cosas. Los mizunitos (que volvieron a ser los amarillos porque los azules de este año se quedaron olvidados con mis bichitos), las calcetitas para correr (que finamente me consiguiera el cuatío Wally), la pantaloneta azul nike con que corriera en su momento la maya, mi playera naranja de la media de Cobán y mis lentes ironman que tanto me gustan. Olvidé, pardiez! el bloqueador solar! En la tierra del sol inclemente! Tampoco llevé gorra, pero esa fue decisión propia, aunque mala analizándola a posteriori.
Y llegó la hora, antes de las siete estábamos con AE, que corre también, y además con una velocidad y tenacidad envidiable, en los linderos de la salida, cercana al Holiday Inn de la capital guanaca. Mucho chapín se miraba, y otro tanto de cheros, un par de ticos, quizás algunos mexicanos. Ha crecido la media de San Salvador con los años, en esta su apenas sexta edición ya reunió una buena marabunta de corredores de todos los colores.
Y salimos! Todos juntitos al principio, abrazados al calor del lugar y al humano, buscando el redondel de la Órden de Malta para luego enfilar hacia la carretera a Huizucar, todo en subida, primero una escalada paulatina, algunos redondeles, un descenso y entonces el primer gancho en la carretera y la primera cuesta asesina!
Es más "fácil" correr una ruta por segunda o tercera vez, el cuerpo y la mente saben lo que viene y se preparan. Algo me he fortalecido porque las cuestas se me hacen más cortas y menos matadoras. Se resiente mi paso y mi tiempo, sí, pero al terminar la trepada, me sentía todavía bien, incluso feliz entre la arboleda de la zona.
Siguen varios tramos entre rectas , descensos y ascensos cortos, luego un descenso MUY pronunciado y largo, en que incluso hay que controlarse para frenar so riesgo de romperse el hocico. Al terminar ese descenso se atraviesa un puente y empieza la segunda cuesta asesina, esta vez con el sol encima puyando el lomo con espinas encendidas.
Esta segunda cuesta sí ya me dejó algo jodido. Al terminarla hay varios pequeños columpios (no, no llegan a ser tan jodidos como los de Cobán), hasta entrar a una población que resulta ser la vieja Cuscatlán (o la nueva, no lo tengo muy claro), la que uno atraviesa ante la pasividad de sus habitantes. Saliendo del poblado es el kilómetro 15 aproximadamente, empieza una recta larguísima y la tercera cuesta de este martirio y gozo.
Ya va uno cargadito de las piernas, allí sí sentí flaqueza y cansancio. No tan grave como en otros casos, pero sí debilidad. Apreté, conjuré mis mantras (soy la espada en la oscuridad) y terminé de subir. Ahhh que cansancio señores, hasta arriba conseguí una mi buena bolsa de agua de la que tomé un par de sorbos y me eché encima el resto.
Y luego de esa cuesta todo es bajada, se enfila por un bulevar ancho y moderno de regreso al punto de salida. Estaba cansado y el dolor me pinchaba algunas partes del cuerpo, pero en general me sentía entero y con fuerzas para terminar la carrera. El tiempo, lo sabía con esas cuestas tan jodidas sería peor que el de la Max Tott y lejano a mi PR en la media de Guate, ya qué puchis!, apreté dentro de mis limitaciones y enfilé buscando la meta.
En el último tramo andaba mi amigo CR, que me dio mi bandera de Guatemala, con la que me cubrí para atravesar la metita. Cansado, feliz, jodido, satisfecho, adolorido y gozoso. Miren nada más como es de generosa la ruta.
La ganancia que me traigo de El Salvador, ¡que se venga la siguiente! |
Regresamos a la morada de los amigos, donde desayunamos con abundancia, me bañé y descansé. Tocaba arreglar la maleta, que creo padece alguna maldición de teseracto inverso, de manera que lo que cupo bien en la venida, no entra ni a patadas al regreso.
Abracé a mis amigos y para Guate!
El retorno fue plácido, con el cansancio apenas se siente el trayecto y los pasos de fronteras; la tarde se había extinguido ya cuando como una aparición la Nueva se desplegó a mi derecha en un mar de luces y sombras. Estaba en casa, con una medalla más, la 14 entre mis medias maratones. Y faltan, este 2015 quiero correr carreras nuevas, veremos que nos depara la deidad de los caminos!
Como siempre, gracias por leer, abrazos a todos!
-It`s a Trial by Seven!
-It`s super effective!
-Baealor fainted!
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