San Silvestre 2015! Mi quinta!

Fly me to the moon!

El mérito de mi correr en 2015 fue persistir, mantenerme en la ruta cuando mucho pedía botar la toalla. Entre crisis de trabajo y salud los números generales disminuyeron comparados con un 2014 espléndido. Pero seguí, contrario a mi naturaleza diletante y derrotista, seguí.

Flashitos!
Y se vino diciembre y sus fiestas, pero también la posibilidad de correr de nuevo la San Silvestre, tan especial dentro de mis querencias por haber sido la primera carrerita que me aventé hace ya 4 añitos. Es un parte-aguas personal, que marca además el fin de la temporada de correr y abre la puerta a un nuevo ciclo, todo muy simbólico y transicional.

Con libras de ganancia pero empujado por el ánimo de las festividades y comilonas, salí en la tarde por el transmetro zona 6 hacia los rumbos del Doroteo Guamuch Flores, donde ya una buena bandita se había congregado para celebrar la última tarde del 2015. Como suele ser común en esta carrera, abundaban los disfrazados, los bicicleteros, los empatinados y los chuchos. Una buena fanta se junta cada año, y crece y no deja de crecer.

Salieron primero las mujeres, como vienen haciéndolo desde hace un par de años, la línea se ubicó bajo el puente olímpico, con lo que se mejoró esa largada desastrosa del año 2014; y bueno, a pesar de la pérdida de condiciones las piernas y pulmones parecen guardar cierta memoria. Una subidita hacia el Liceo Guatemala, y de allí es Reforma y una fracción de Las Américas, siempre me ilumina el corazón saludar a don Benito Juárez, mi prócer favorito, mi masón predilecto.

Contento en la metita!
Sabedor de mi mal estado, la tomé con calma, viendo a los cuasitos en atuendos desde ingeniosos hasta ridículos, pasando por los temerarios, como ese R2D2 que no sé como evitó sofocarse corriendo dentro de ese ataúd de papel mashé!

No tan pronto como hubiera querido venía de vuelta, acercándome al Jardín Botánico y al tramo final de la carrera, la subida al Liceo se convierte en la bajada hacia el estadio, el ingreso fue más fácil que en otras ediciones, con menos tapones y atolladeros.

La pista de tartán lo recibe a uno y ya estuvo, una media vuelta a su trazado y se cruza la meta, fotitas de rigor, un par de colas para recibir agua y medallas y a escupir a la calle. Mi 5a San Silvestre como quien dice nada, el cierre de mi 4to año de estar corriendo y el inicio de mi running snorlax year 5! 1hora y diez minutitos creo que me disparé, mal, pero no tan mal. Pudo ser peor.

Como cacaraqueo por acá, quiero que este 2016 sea un buen año para correr, lo que implica cuidar la comida (que me cuesta tanto) y recuperar mi regularidad en la ruta. Quiero mi segunda maratón, quiero otra mayita, una buena Xela, correr carreras nuevas y jodidas. Espero conseguirlo.

La medallita, más bonita que otras años!

Nos mirujeamos en la ruta!

-Wild snorlax is drunk in saudade!




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