21k de la Ciudad de Guatemala, edición 2016!!!



Les dejo su taquito de ojo: tan bonito que es correr!


Se me han caído bastante las ganas de correr y de escribir, pero no tanto como para pasar por alto el evento atlético del año en Guatemala, para los que se metieron a esta camisa de no sé cuantas varas que es el running, y es que aunque ya se ha dicho acá y en un montón de lugares, es una carrera que crece como un monstruo de mito fundacional y cada año son más y más los interesados en participar, de la patria y allende fronteras. Habiendo estudiado Derecho no soy el mejor con los números, pero estimo en unos 20k los corredores que abarrotan las calles ese día, entre inscritos y piratas.

La inscripción fue un desmadre como ningún año anterior, aunque ya lo expliqué en su entrada propia, yo afortunadamente, conseguí inscripción, por lo que era nada más de mantener algo la forma y acometerla de manera decente. A pesar que boté en mucho el ritmo de las corridas, calculaba que salía o salía, más, considerando la facilidad del trazado de la carrera, que es prácticamente plano.

Salí pues, tempranito pero sin prisas, que el palacio de la loba está a relativa cercanía de mi parroquia vieja, aprovechando la cortesía de no pagar transmetro para corredores registrados. En pocos minutos ya atravesaba el centro histórico hasta la plaza barrios, donde montones de corredores se dirigían a los corrales de salida. Todo ordenado, como los otros años, a pesar de los muchos corredores, del hormiguero colorido y alegre.

La jodida salida, el día del montaje.

Me fui a buscar mi corral, así, puro semoviente bueno, la energía y anticipación siempre es poderosa. El tiempo pasa en apenas suspiros, pronto ya cantábamos el himno nacional en esa versión acelerada que gusta a dark lord arzú porque parece que la versión original le da algo de huevita.

La buena onda de Pika Pic!
Muchos corredores nuevos muchá, un montón de banda que se ha encaramado al tren de andar corriendo. Yo no sé si esto de correr es una moda como eso de los hipsters con sus barbas y sus tatuajes de marinero, pero es una moda saludable en todo caso, y ya tiene sus buenos años de no hacer otra cosa sino crecer. Fotitos, selfies, bulla con el dron y muecas a las cámaras.

Y se llegó la hora, a salir, una salida ordenada pero lenta, hasta la fuente de la paz se puede dejar de caminar y empezar a trotar. Y a darle pues. Mis condiciones sabía que no eran las óptimas, pero haciendo arrestos le dimos viaje; no estuvo mal todo ese trayecto inicial, bajar por el centro hasta la calle martí, simeon ida y vuelta, paseo de jocotenango y paseo de la sexta entonces.

Corredores de muchos países, guanacos por montones, ticos un buen puñado, un par de gringos, varios mexicanos, un par de colombianos vi también, así como muchas camisetas de grupos nacionales que estrenan y chilerean para el día de esta carrera que ya dije, es una fiesta, una joda, una apropiación de las calles, de ese asfalto siempre saturado de vehículos y que ese día era nuestro. El cierre vehicular, debe reconocerse, es absoluto e impecable.

Mi dulce kilómetro siete, que sin embargo fue donde sentí que se me terminaba la frescura.

Eso cabal, joder, pensé, me faltan 14 jodidos kilómetros y los voy a correr en reserva. Y entonces toca pasarse a modo comando, apretar valentía y meterle. Pronto se acaba el paseo de la sexta y es la dieciocho, ayuda mucho haberla corrido tantas veces (las tantas que sea correrla por 5a ocasión). La mente sabe lo que espera y distribuye mejor la fortaleza que quede.

Pronto ya era Reforma de ida, los kaibiles que tanta bulla provocaron, el mal llamado obelisco, avenida las américas de ida, el retorno en el papa. Cansadillo me sentía, pero estaba en un modo que podía denominar funcionarial: sabía que la corrida salía, no aspiraba a glorias ni a PR, sino solo terminarla sin desastres, y pasar a cobrar, en este caso, recoger la medalla.

Por acá iba su papiPablo, ya en el tramo final, no me veía tan estragao...

Y era el obelisco otra vez y la reforma de vuelta. Hacerle ganas, aguantar, respirar, respirar, tomar aguita y acometer el pedazo final. La avenida séptima siempre es una alegría y una desesperación por comerse ese pedazo final.

Y la meta! Levanté la mano al cielo por mis cinco ediciones, que se escribe así con apenas caracteres, pero que tiene su inversión vital en cada una de ellas, y no solo eso, sino rebosado de alegría porque con esta media ajusté mis 25 carreras de esa distancia.

El tiempo no fue nada sobresaliente pero tampoco pura lata de al tiro: 2:35:20, 5 minutos sobre el tiempo que de manera realista quería hacer, pero 23 minutos lejos de mi PR de hace dos años. Había terminado y con esta carrera cerrado un ciclo que inició hace cinco años cuando la corrí por primera vez. Toca pensar qué quiero hacer, el ánimo de correr anda en mínimos, pero quiero al menos llegar a 1000 kilómetros en este 2016 que enfila su trama final.

Tenía dos metas a principio de año: una era correr más medias maratones que en 2015, en que corrí 6 (Max, ES, Cobán, Rosas, Guate y Xela), eso ya lo conseguí (este año llevo ya 7), por lo que me toca nada más decidir si correre alguna otra en lo que queda de año, descartada Xela, quizás me anime a correr Esquipulas, pero como sigo lloriqueando y apenas corriendo, lo veo difícil. La otra meta era correr otro maratón, pero se me hace una meta por completo fuera de mis posibilidades en este momento, no solo por el poco entrenamiento sino por el peso ganado.

Pero confío en mi, en mis fuerzas y tengo confianza en que a corto plazo me regresen las ganas de correr. Gracias por darse una vuelta en mi cuchitril, nos vemos, de vez en cuando, en la ruta.


5 años de andar comiendo pup! jajajaja!

Les comparto un ÁLBUM con algunas pics de la carrera, no todas son mías, las de los corrales son de pika pic, y mucha otras tienen sus respectivas marcas de agua.

-Wild snorlax is in a mood...

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