Sí corrí la cola de 2016, aunque apenas...

En estas tonteras del libro-cara, siempre aparece la palabra "correr"

Tenía una entrada muy simpática cargada de sabrosas excusas sobre mi mal correr con el que cerré 2016, pero es mejor ser conciso, esto es, como decía la saeta rubia: cortito y al pie. Hasta junio del año pasado logré correr bastante bien, pero a partir de julio se me cayeron las ganas; con dificultad saqué la media maratón Las Rosas en Antigua Guatemala y los 21k de la muni en la capi.

Luego de eso todo fue el descenso: correr apenas y mal. Ya no pude correr en la playa en septiembre, como lo hubiera querido una parte de mí, ni ir a Xela, aunque esa ausencia fue por otras razones.

Vean nada más mi desastroso septiembre... el puro peluche... :(

Tenía, eso sí, la inquietud de no fallar en el reto de correr 1,000 kms en el año, lo que logré a inicios de diciembre, quedándome entonces solo con el pendiente de la San Silvestre, a la que no le quería fallar, por serme simbólica en estos azares de la corredera (la primera carrera que corrí, con la que abro mi año de correr número 6).

Los 1000 km que le lavaron la cara al año que se fue.

Al final, ya post-San Silvestre, ajusté 1025 km, lo que no está mal, pero tampoco bien, porque pudo haber sido un mucho mejor registro si no hubiese bajado tanto los brazos en la segunda mitad del año. Pero los hubo no existen, más que en nuestra mente o sueños, así que solo queda sacudirse y hacer votos por un mejor 2017.

2016 me dejó 7 medias maratones más al costal de las medallas, dos de ellas nuevas (Guatemágica y Atitlán), las que quiero repetir en este 2017, sumándole una más por allí.

Así los hago, así confío, espero lo mejor de mí.

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