21K de la Ciudad de Guatemala 2014 (Parte 1, la antesala y la expo...)

Bonitas las camisitas, pero ya toca cambiar el color, talvez para 2015...

Durante los últimos años el fenómeno del running ha crecido en Guatemala como un monstruo bueno; en cualquier calle y a cualquier hora se pueden ver a personas de toda índole robándose los kilómetros que son de Hékate, mi diosa personal de los caminos.

Y eso es bueno, aunque algunos sedentarios acusen a los runners de posers (y quizás algunos lo sean un poco), se les invita a probar, la carretera es gratis y para correr solo hay que gastar en un buen par de tenis. En todo caso, se puede correr por joder, no sé, 5 km incluso, pero nadie, eso, NADIE, corre por joder 21 km.

En 2012, mi primer año de corridas, dejé pasar en mayo la media de Cobán (que se me antojaba tanto, porque con el leitmotiv del final de era cósmica maya-trece baktun, prepararon una medalla preciosa), porque no me sentía listo.

Corriendo y corriendo llegué a agosto, y entonces sí, me animé a inscribirme y afrontar los 21k de Guatemala, mi primera media maratón, a la que por esa circunstancia tendré siempre en un lugar especial del poso oscuro de mi corazón: la quiero correr toda la vida.

Ahhhh que recuerdos de suculento dolor, que jodidez, que parida muchades! 2 horas y 45 minutos fueron esa vez, recuerdo como sufrí y sufrí a partir del kilómetro diez, no digamos la Avenida de las Américas de ida y vuelta.

Para 2013 me sentía mejor preparado, y la inicié quizás con mucho ahínco, los primeros diez fueron un suspiro, pero me fundí de regreso sobre las Américas. El monumento a Benito Juárez fue testigo silente de mi agotamiento, y del kilómetro 15 hasta el final, sufrí y sufrí, física y mentalmente. Resultado: un decepcionante 2 horas con 41 minutos. Apenas 4 minutos abajo del año pasado cuando yo sentía que había corrido mucho más.

Ahora a la distancia identifico mis errores, mi estrategia, para empezar, iniciando tan fuerte la carrera, pero sobre todo mi peso. Correr no es una licencia para comer mal, y me aventé la media del año pasado un poco arriba de las 200 libritas.

Pero bueno, como les he contado en esta bitácora, 2014 quiero que sea el año de mi maratón. He corrido como jamás antes, en cantidad y calidad de corridas. No bajaba de peso, sin embargo, hasta que hace tres meses, gracias a una app descargada en la tabletita, (la noom coach), he logrado botar algo de mis excesos. En 189 libras estoy, todavía mucho, pero las sensaciones al correr son mejores.

Con esa expectativa, me inscribí pronto en la Media de la Ciudad de Guatemala, se abrieron inscripciones desde abril, luego de los 10k nocturnos. En un fin de semana se habían vendido MIL NÚMEROS! El monstruo que les cuento todo lo devora.

8,500 números se pusieron en venta, que se agotaron en un par de meses. Me inscribí en línea, comodón como soy, y guardé la contraseña que imprime el sistema, tratando de resguardarla de mis olvidos y desórdenes.

Seguí corriendo, aumentando paulatinamente mis rodadas, como les he relatado en estas crónicas de lo absurdo. Topé en mayo con 140 km, luego en junio y julio bajé un poco a causa de las lluvias a 120. La pérdida de peso, sin embargo, les dio más calidad a mis corridas, me sentía listo y bien.

Y se llegó la hora, primero de la expo, que se desarrolló como en otros años en el Parque de la
industria, aunque ahora en dos salones. Fui el viernes, dos veces, y el sábado una tercera. La primera vez fui a recoger mi kit. Al filo de las once de la mañana, y lo primero que me encuentro es con un letrero que recuerda a los corredores sobre la Maya Maratón!!! Mi dragón de asfalto me espera agazapado a la sombra del espejo turbio de Amatitlán.

El ingreso fue rápido, y la entrega del chip y los implementos muy fluido. Los regalos de los patrocinadores pues así, de meh: una toallita (pequeña pero práctica), vitaflenaco, aleve, fastum gel (valga la publicidad), toma de fotografías (la de canon-muni era pagada!), un pequeño llaverito con el logo de la carrera por parte de los cuatíos de munditrofeos, correas para tenis, galletas, paquetes de pasta ina y una botella de agua y otra pequeña de gatorade.

Allí estaba su servilleta, en el muro de los valientes.
Mal, muy mal por los "patrocinadores" que "regalan" vales de descuento, peor, por los que lo hacen a uno llenar cupones para quedarse con nuestros datos. Que garras!!! Vi menos edecanes que otros años, y ninguna que me motivara a tomarle fotito, así que este año no habrá recuerdos para los mañosos, jejejeje. En el stand de Maratón Guate busqué el calendario de carreras, tan bonito y tan práctico, pero NO HABÍA! No lo llevaban aún según la información de los chicos en el stand. "Talvez más tarde", me dijeron.

Regresé por la tarde, mejor acompañado, me logré tomar una foto con nuestro medallista olímpico! Que paciencia la de Erick Barrondo para estar tome y tome de fotos. Le di la mano y le manifesté mi admiración. No estaba aún, el calendario que buscaba, "mañana" me dijeron esta vez. "Ni modo". El calendario de maratón guate / running 21 me ha servido como registro y control de mis corridas. Es además una bella impresión con fotos inspiradoras que mejoran cada año. Por allí andaba Dark Lord Arzú en persona, saludando y tomándose fotos con la plebe: tiene arrastre todavía el canchuzo (aunque canche ya no es), y la gente lo busca y lo mira con cierta admiración.
Su servilleta, con nuestro gran campeón!

El sábado pues, aprovechando que una de mis hijas tenía cita con el dentista, me escapé un ratito, ya en la mañana al levantarme, había visto en redes sociales que el calendario ya estaba en el stand. Y al fin! Fue una entrada comando, recoger lo que buscaba y salir volando. Había bastante más gente, pero todo se veía fluido y ordenado.

Aproveché en esta edición, para quitarme la cosquillita del "rock-tape", que me apliqué en la rodilla izquierda. Desde que he perdido algo de pesito me ha molestado menos, pero en corridas largas tiende a sufrir. Fue algo preventivo y experimental. Me compré también una pantaloneta para correr en el stand de "Revolution", así como cuatro pares de calcetines, que los injinji ya pasaron a mejor vida y me queda nada más un par en rotación.

Y ya, se le pueden achacar muchas cosas a don Mono de Oro, pero sus eventos son organizados bien, con mucha eficiencia y orden. Cerró el sábado y los nervios crecían, venía el domingo, y con ello la carrera, de las que les contaré en la próxima entrada.

Nos miramos en la ruta!

-Wild snorlax is running away!

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