Inscribirse a los 21k de la Municipalidad de Guatemala (y no morir en el intento)...

Mis 4 medallas de los 21k de la Muni Guate, esperando la 5ta!

Los 21k de la Municipalidad de Guatemala son un evento deportivo que ha crecido año a año de manera exponencial y monstruosa. Empezó por allí del año 2009: cuentan sus organizadores que en esa primera edición incluso regalaron cupos e inscripciones a los que asistían a la "expo", y que muchos de los trabajadores de la muni también fueron motivados a correrla junto a familiares. "Casi rogábamos para que la corrieran" dicen.

Las cosas han cambiado, y mucho, en estos 7 años.

Yo puedo hablar desde mi experiencia. Le tengo mucho cariño a esta media maratón, con todo y que sea auspiciada por Dark Lord Arzú, que es una figura política tan criolla y autoritaria, se debe reconocer que en esto de las carreras, su equipo se ha destacado con una organización superlativa.

Fue la primera media maratón que corrí en mi vida, allá en 2012, y es además la media de mi pueblón abominable y bello. La quiero correr toda la vida, me dije la primera vez que la terminé, o al menos, hasta que logre inscribirme.

Ese primer año que la corrí, en 2012, lo hice en línea, sin mayores problemas, utilizando la página de sports&marketing, no recuerdo cuando se abrieron en aquella ocasión las inscripciones, pero sí que el proceso fue plácido. Ya el día de la carrera éramos una marejada. Quizás más de diez mil personas.

En 2013 de nuevo me inscribí online, sin problemas, esperando el mes siguiente de la apertura de las inscripciones. Cuántos la habremos corrido, unos, fácil, 15 mil locos.

Ya en 2014 las cosas se apretaron. Me inscribí en línea pero recuerdo muchos comentarios de personas que ya no habían logrado cupo, así como que se establecieron nuevos controles para evitar la reventa. El precio de inscripción todos estos años fue de 100 quetzales, alrededor de 12 dólares, lo que es, comparativamente, barato.

El año pasado, en 2015, la cosa se presentía más concurrida. Y en efecto, al abrirse las inscripciones, dejé pasar tres días, cuando las publicaciones en redes sociales de los encargados de la carrera avisaron que el cupo iba ya en un 75%. En ese momento gracias a la tarjetía mágica, me inscribí: fue providencial. Al cuarto día avisaban el cupo agotado, que era ya de 10,000 corredores. El día del evento fácil abarrotaron las calles más de 20 mil pelones.

Los antecedentes anteriores me pusieron en alerta para la edición de este año. Para el 4 de abril se anunció en redes que se abrirían inscripciones.

Va a ser un desmadre, pensé.

Y  me quedé corto.

Programé una alerta en mi teléfono para las 9 de la mañana, pensando en inscribirme al momento. Y sonó, hablaba con una compañera en la oficina cuando tronó la chicharrita. Deme un momentito, le dije, y traté de entrar a la página de s&m: pum! estaba caída.

Está saturada por el gentío, le expliqué. Y me puse a hacer otras cosas. Las redes sociales, twitter en especial empezaron a pitarme alertas, una de ellas, me decía que en media hora se habían vendido casi 5000 cupos.

Vida de caxtoc! -pensé, si no me pongo las pilas me quedo fuera. E inicié una lucha insistente con la página de s&m, a la que le quedó el tacuche no grande, sino enorme, hasta que en una de esas logré entrar, dar las vueltas, pasar la tarjeta, persignarme, esperar, esperar, esperar, hasta que PUM! Me salió la confirmación de inscripción, y me sentí feliz. Hasta me comuniqué con una compañera corredora de la oficina y le hice la volada de inscribirla a ella, repitiendo el proceso de la paginita y el internet.

En redes sociales era evidente el descontento, la página no cargaba en muchos lugares, el sistema se caía en algunos bancos.

Que sí, al medio día o apenas un poco más se hacía el aviso funesto: cupo de 9,500 números vendido en tiempo record. BAM, patrocinador, reservaba 500 cupos que vendería a clientes en días próximos. Y se desató la tormenta de ira electrónica, la gente emputada que reclamaba, desde otros países (El Salvador, sobre todo), o que no tenía posibilidad de dejar el trabajo para ir a hacer cola a un banco.

La gente se quejaba, que yendo a los bancos habían visto a personas comprar grandes cantidades de números, lo que condenaban como eventuales revendedores. Los administradores de la página (que responden un tono bastante sabroso, hay que decirlo, quizás contagiados de los modos de arzú) explicaban que si una persona quería comprar varias entradas para su familia o equipo, podía hacerlo teniendo sus IPUS (códigos personales de identificación en el sistema de la empresa que brinda los números), pero que para recoger esos números la persona tenía que presentarse de manera individual con documento de identificación, buscando revertir o dificultar la reventa.

Uds. saben como son las cosas en esta esquina del trópico, hecha la ley hecha la trampa. Son tan apetecidos los números que nada cuesta sacar varios IPUS entre mis familiares, colegas o compinches, inscribirlos, llevarlos a la expo a traer el kit y luego revenderlo por, no sé, 500 quetzales por ejemplo. Toca tomar mejores medidas de control, pero de eso escribo más adelante.

Una vuelta por la página oficial del evento era un catálogo de mentadas de madre y reclamos comedidos, de todo hay y habrá. Pero el reclamo era general: abran más cupos, si en todo caso, el día de la carrera corren más de 20 mil gentes. Las respuestas oficiales hablaban de límites en la zona de enfriamiento y la logística (playeras, medallas, insumos) propias del evento.

Y bueno, acá van mis ideas, sueltas, bosquejadas, de lo que se podría hacer, incluso este año, pero sobre todo para 2017, para darle a esta carrera, que ya es un monstruo, la estructura que se merece.

  1. La primera y más obvia es aumentar los cupos. Como bien dicen los interesados que se quedaron sin número, ese día en las calles hay fácil más de 20 mil corredores, por lo que nada cuesta aumentar la cantidad de inscripciones. Es cierto que no es coser y cantar, y que cada corredor lleva tras de sí una logística de necesidades y riesgos. Pero el aumento puede y debe ser paulatino, este año aumentar unos mil o dos mil cupos, en 2017 llegar a 15,000, y así de manera progresiva y estudiada, midiendo el impacto en la Ciudad, el tráfico y los espacios públicos, así como lo referente a la seguridad de los corredores y espectadores.
  2. La principal y válida objeción de los organizadores hacía referencia al área de enfriamiento, que se ubica en el parqueo de la Muni, y que es limitado, y es cierto, pero solo de manera parcial, incluso este año con algo de ingenio se puede ampliar el área de enfriamiento utilizando porciones de la calle de enfrente y al área aledaña a la fuente de la paz. Corriendo un poco o jalando la meta se pueden acomodar más corredores, al menos esos mil o dos mil más que ayudarían un poco a aliviar la frustración de tantos atletas ganosos.
  3. Y claro, para futuro, hay que pensar con seriedad en cambiar el recorrido. Es cierto que el evento lo organiza la Muni y que hay una promoción de la imagen del alcalde. Pero no es mandatorio que la carrera empiece y termine frente al Palacio de la Loba. El Sr. Alcalde se puede trasladar a un nuevo punto de salida y meta, y pueden hacer del paso frente a la Muni un evento especial con, no sé, bandas y pirotecnias, rayos láser si quieren. Podríamos terminar en el Parque Central, por ejemplo, o en el Estadio Nacional, pero esas son ideas lanzadas al viento.
  4. Otra cosa que tronó a sapo el día de la inscripción, fue la página de S&M, creo que el interés que generan las carreras de la Muni haría válido el intento de crear su propia página web, que podría ser sostenida con más eventos: 5k, 7k, 15k locales o de zonas y barrios específicos, además de una 42k que sería el sueño erótico-corredoril de muchos (incluido myself).
  5. Sobre las inscripciones propiamente dichas, pensando en el cupo ampliado, incluso, los eventos de esta índole, cuando se organizan bien crecen y crecen y no paran de crecer. La NY marathon la corren 50 mil gentes y la quieren correr medio millón (o más), por lo que es oportuno empezar a diseñar mecanismos para que se pueda inscribir la mayor cantidad de gente alcanzado un cupo máximo. Para empezar, una persona compra un cupo intransferible, nada de comprar para amigos, cuates del grupo o familia, como dije arriba, semos mañosos y el método actual permite la reventa. Otra medida directamente relacionada es sancionar al corredor que corre con número ajeno (lo compró en reventa? busca mejorar un tiempo ajeno?), en Boston, por ejemplo, si se descubre a un corredor usando el bib de otro, es excluido de por vida del evento.
  6. Reservar un cupo para corredores con cierto registro de tiempo: los mejores corredores garantizan su inscripción al evento del año siguiente, de esa manera se premia el esfuerzo y se garantiza el nivel de la competencia.
  7. Reservar un cupo para corredores antiguos (ejem, ejem): que los runners que los han acompañados durante muchos años que tengan un derecho preferencial sobre los nuevos, hablo de una cantidad prudente de cupos no una mayoría , y para corredores con cinco años o más; o bien de manera proporcional; que los más antiguos tengan cupo primero, luego los más recientes y por último los nuevos.
  8. Sobre estos nuevos, abrir el cupo mediante un sorteo, por el que se cobre una cantidad simbólica para entrar a la tómbola, pero que sea a través de un procedimiento transparente, que además de mañosos semos desconfiados.
  9. Reservar un cupo para corredores internacionales, un link en la página web que a través de la validación de No. de documento de identidad permita inscribirse a los hermanos centroamericanos o de allende fronteras.
  10. Y por último, me gusta mucho la idea (y perdonen la alusión constante) de fundar algo al estilo del Club de Corredores de NY, que a través de una membresía anual, da derecho preferente a correr varios eventos (en estos casos 10k, 15k, y medias maratones en los distritos de NY) para así garantizarse el cupo en la carrera grande del año siguiente. Esto se podría complementar con cupos reservados para beneficencias específicas (UNICAR, Fundecan, Hospicio San José, etc), buscando aprovechar el tirón mediático del evento y para que las corran nuestras "celebridades" locales a precios premium (desde Ronald Mckay pues, o quien se les ocurra, cantantes, artistas, Arjona para los arjonistas, Fabi Rodas para los fabirodistas, etc).


Y bueno, esas son algunas de mis ocurrencias esperando que el desmadre en 2017 esté mejor controlado, de manera que correr los 21k de nuestro pueblón sean la alegría que merece, y no una gran frustración y enojo, como les tocó a muchos este año.

*El 18 de abril, mientras escribía esta entrada, la organización informó de la habilitación de 2000 cupos más, a 200 quetzales en el  banco y 250 en línea, dando preferencia, por dos días, a personas con registros en eventos anteriores, para el tercer día liberarlos al público en general. Una medida que me parece acertada por la alta demanda, aunque no entiendo el porqué de la marcada diferencia entre la inscripción web versus física. Un primer paso en la dirección correcta.

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