Carreras, carreras y carreras (Parte 1)

San Silvestre, medallas 2011, 2012 y 2013.

Han sido días buenos para la corredera y el espíritu, el viernes 17, como era de esperarse, no pude/quise madrugar, por lo que la corrida de 3k antes del fin de semana estuvo en riesgo. Ese día fue y se celebró el cumple de uno de mis amigos más queridos, en una cena íntima y suculenta con su familia y cercanos, un salmón de antología y vino abundante que se nos hizo escaso, como las horas.

Me dio tiempo, sin embargo, de ajustar cuentas con la corrida antes de la comedera: saliendo temprano de la oficina y yendo directo a casa-maca, para cambiarme presuroso y salir disparado a la calle, que me esperaba ansiosa, todavía con las últimas horas del sol.

Tratando de apretar el paso di una vuelta corta por los rumbos del mercado Colón y la Avenida Juan Chapín, avenida histórica, entre misteriosa, bella y decadente, y sobre la cual, el domingo 26 de enero próximo, iniciará la media maratón Max Tott, para la que me he estado "preparando".

La cena que les refiero se prolongó en una sobremesa feliz que terminó alrededor de las dos de la madrugada. ¡Y yo con mi compromiso de correr con el maese JP a tempranas horas! Por fortuna, las alarmas cumplieron su cometido, y con apenas tres horitas de sueño y centavitos de resaca, salí hacia los rumbos del Campo de Marte llegando apenas retrasado. Fue una corrida entre la frescura del amanecer y las horas primeras del día. Muchos corredores estaban ya en la ruta, el aire era frío, jodidamente frío, con matices silvestres.

No suelo correr acompañado, lobo estepario como juego pensarme, pero la compañía del maese fue buenísima, el recorrido, aunque exigente en algunas porciones de su trazado, se sintió y corrió bien, respondieron las piernitas. Qué se venga la Max Tott! Estoy lo listo que puedo llegar a estar.

Luego de esa brevísima actualización de mis corridas, entro en materia: las semblanzas sobre las carreras en que he participado, 15 de ellas en Guatemala, y una en la vecina, cercana, pequeña y entrañable hermana república de El Salvador, mejor pronunciada como El Jalvador (con una jota así bien nasal). Algunas pocas, temo,  se me quedan en el tintero, si en el camino escritural las recuerdo, las incluiré en estas crónicas.

1. Carrera de San Silvestre -Ciudad de Guatemala, 31 de diciembre de todos los años desde 1957.
  • Recorrido: La ruta de la carrera ha variado con el paso de los años, en los días actuales sale a un costado de la Municipalidad de Guatemala y el IGSS, recorriendo toda la Avenida Sexta hacia el sur, pasando por la parte de abajo del viaducto del Reloj de Flores, subiendo hacia el Acueducto de Pinula y el Montículo de la Culebra, recorre unos metros el Bulevar Liberación para luego enfilar hacia la Avenida de las Américas, la que recorre hasta la Plaza México y su bello monumento a Benito Juárez. Enfila de regreso sobre la misma avenida, llega y bordea el Monumento a los Próceres de la Independencia (Obelisco) y toma la Avenida de la Reforma, que recorre en su totalidad. Al llegar al Monumento a la Estrella, se desciende buscando el Mateo Flores, al que se ingresa, para luego de una media vuelta, gloriosa, sobre su pista atlética se finaliza la carrera. Lo catalogaría como un recorrido FÁCIL.
  • Organización: Tengo entendido que es una carrera que organiza la Federación Nacional de Atletismo, en ocasiones con el apoyo de otras empresas, como este último año, en que se contó con el auspicio del Banco Agrícola Mercantil (el BAM pues), lo que significó que corriéramos con chip y que las medallas estuvieran garantizadas. Percibo que la organización flaquea con los años, en dos puntos críticos: hidratación e ingreso al Mateo Flores. En los tres años que la he corrido, los tiempos van mejorando paulatinamente; sin embargo, solo el primer año tuve la suerte de tomar agua en el ÚNICO punto de hidratación, colocado a la altura del Club Universitario Los Arcos. Los dos años posteriores, al llegar solo quedaban los rastros del agua en cientos de bolsitas tiradas sobre el asfalto. MAL por Cielo este año recién pasado, la marca de agua que pichicateó de manera tan fea una necesidad vital para los corredores. El otro problema que se presenta, es que el ingreso al estadio nacional es cada vez más difícil, por el público que se concentra en los metros finales, formándose un embudo, que además de molesto es peligroso, pues ya en varias ocasiones se han lastimado a niños o corredores con discapacidades, en esa apretadera. Esta situación podría corregirse con algo tan sencillo como la utilización de vallas y la presencia de voluntarios o personeros de la FMA para verificar que el público no se encime sobre los corredores. La "expo" suele ser un par de mesas con unos chatos entregando las playeras y los números, aunque en 2013 se supone que hicieron una especie de feria navideña o algo así, no lo sé porque recogí mis implementos desde los primeros días en una tienda de deportes.
  • Participantes: Más de cinco mil, que fueron los inscritos oficialmente, no soy el Hombre que Calculaba, pero diría que con facilidad la corren como siete mil personas. Es una carrera festiva y su trazado para nada exigente. La corren niños, chuchos, personas con capacidades especiales y muchos disfrazados. Siempre he tenido la cosquillita de correrla yo mismo con algún tipo de parafernalia o disfraz, pero procrastinador como soy, no he logrado confeccionarlo, o mejor, comprarlo.
  • Medalla y parafernalia: El primer año la corrí pirata, por lo que al finalizar, voluntarios me sacaron por un costado sin acceso a medallas, como debe ser. El dilecto amigo CR sin embargo, me regaló la suya; para mí fue un gesto muy significativo, pues es el memento de mi PRIMERA carrera. Han venido otras, de la misma San Silvestre y de otras carreras más complejas, pero esa pequeñita (que junto a sus hermanas encabeza esta entrada) siempre tendrá un lugar especial en mi mitología personal. Al año siguiente, 2012, las medallas eran muy sencillas, se sentían como esos chicles con forma de moneda que se consiguen en las piñaterías aledañas al parque Colón, además hubo un gran desorden al momento de entregarlas. Yo conseguí la mía gracias a que el bendito desmadre me hizo terminar hasta delante en una cola que no había hecho. Este año recién pasado con el apoyo de BAM, mejoró ese aspecto, se entregó una medalla de mayor calidad, así como un chip para registrar el tiempo. En 2013 no habían playeras de mi talla, sino solo "M" (Soy "L" talladito), y el año anterior estaban disponibles, pero a la venta.
  • Comentarios finales: Es una carrera alegre, de jolgorio y fregadera. No hay que correrla pensando en mejorar tiempos, aunque sí se hace, bienvenido sea. Una manera saludable de terminar el año y afrontar el nuevo ciclo con los bríos propios de las endorfinas del post-esfuerzo.

2. Carrera del Día del Ingeniero -Ciudad de Guatemala, segundo domingo de enero.

  • Recorrido: El 20 de enero se conmemora el día del Ingeniero, con esa celebración en mente su colegio profesional ha tenido a bien organizar esta carrera, que empieza en su sede, por los linderos de Santa Cecilia en la zona 8, de donde busca la Calzada Atanasio Tzul con rumbo sur; es una ruta que se siente prolongada, a diferencia de otras carreras durante el recorrido no hay tanto público, y la calzada es bastante monótona, trascurriendo por áreas de bodegas industriales y fábricas. Se llega casi al Centro Comercial del mismo nombre (casi, como un kilómetro antes), de donde se retorna para remachar la misma calzada pero ahora con rumbo norte, hasta alcanzar los linderos del colegio para finalizar un circuito de 12 kilómetros. Aunque no hay cuestas en el camino, el concreto hidráulico y la monotonía del entorno exigen concentración del corredor, además que esos dos kilómetros no son gracia. Ruta de dificultad FÁCIL-MEDIA.
  • Organización: Bien organizada en general, no hay expo que yo recuerde, la ruta la cierra la policía municipal de tránsito, aunque en algunos cruceros los conductores pierden la paciencia. Se corre sin chip, solo con número. La hidratación en la ruta fue suficiente.
  • Participantes: Un poco más de mil corredores, a mi cálculo. Para corredores principiantes e intermedios.
  • Medalla y parafernalia: Solo la he corrido un año, en 2013, producto de lo cual me dieron una medalla bella, grande, pesada, con el logo de la empresa que patrocinó la competencia. En 2014, aunque le tenía ganas, la preparación de la Max Tott me exigió un fondo el día anterior de 16k, y al día siguiente que se corría no me sentía recuperado. No dan playera, que recuerde.
  • Comentarios finales: Una carrera accesible, que se puede insertar dentro de un plan de preparación de retos mayores, como la Max Tott. La vez que la corrí el sol se puso fuerte, y el asfalto y concreto parecían un sartén.

3. Media Maratón Max Tott -Ciudad de Guatemala, último domingo de enero, en 2014 se corre su 77a edición.
  • Recorrido:Esta es, según mis limitados conocimientos y registros sobre el mundo del running, la carrera más antigua de Guatemala, fundada por don Max Tott, de quien toma su nombre, y continuada y mantenida por su hijo primero y nieto en los días actuales. Es una media maratón para la que muchos corredores enfocan sus esfuerzos y entrenamiento del tramo final-inicial del año. Se ha corrido en diferentes trazados, se le llamó "Carrera de los Barrios" y "Carrera de la Circunvalación". El año pasado la ruta fue la siguiente: Salida desde la Avenida Juan Chapín a un costado del Cerrito del Carmen, leve ascenso hacia la 14 avenida buscando la 7 calle y descenso al puente Asunción bordeando el Cuartel de Matamoros. Ascenso leve hacia Jardines, rodada hasta el Muñecón, desde donde se desciende pronunciadamente hacia las bodegas de Cemaco (valga la publicidad gratuita), hasta llegar a la encrucijada de la Calzada de la Paz, el Bulevar Lourdes y el Bulevar del Austriaco. No es una coincidencia que la diosa de las encrucijadas, Hécate, sea la diosa de la muerte, de lo salvaje y de los partos también. Luego de ese cruce inicia la CUESTA DEL AUSTRIACO, primer parte-aguas de la carrera y tamiz que separa al trigo de la paja. Es un ascenso bien empinado de un kilómetro de longitud. Se debe controlar mucho la respiración y el esfuerzo, entrenarla antes de la carrera es altamente recomendado. Al alcanzar el redondel del Colegio Austriaco, de donde toma su nombre la calle, la empinación disminuye, pero el ascenso continúa, por otro kilómetro más, hasta alcanzar el comercial Cayalá, desde donde se inicia un descenso que las piernas, rodillas y muslos agradecen por el Bulevar Rafael Landívar. Corta es la felicidad, el año que la corrí apenas junté algo de fuerzas cuando inicia de nuevo el esfuerzo y el ascenso en el trecho final del Bulevar Landívar, que se conecta con el Bulevar Vista Hermosa, un ascenso, que si bien no es tan pronunciado como la Cuesta del Austriaco, es bastante más largo: Alrededor de cinco kilómetros de subida, hasta llegar a la conexión con Carretera a El Salvador y el descenso por el Bulevar los Próceres. En este punto la ruta varía este año. Por razones que me son desconocidas se ha variado el tramo final. En 2013 se descendía por el Bulevar los Próceres, hasta alcanzar el viaducto de la Plazoleta del Obelisco, corriéndose por debajo de la misma para salir por la Séptima Avenida para apurar el último kilómetro y meta en la Plaza España y su fuente dedicada a Carlos de España. Ese último kilómetro lo corrió conmigo mi hijo first born, en el inicio de su reto particular en pos de sus anhelos lúdicos, lo que me resultó providencial, porque al llegar a esos lares estaba ya fundido por mi mala preparación y sol castigador. Este 2014 en cambio, al llegar a la cima del Bulevar Vista Hermosa, se va a regresar por el mismo, hasta llegar al columpio que lo conecta con el Campo Marte, bordeándolo para buscar la Calle de Barranquilla y de allí bajar al Estadio Nacional Mateo Flores, donde  finalizará la carrera. Fiu... ese columpio con las piernas tan cansadas se me antoja pesaroso. RUTA DE DIFICULTAD ALTA.
  • Organización: Buena organización, suficiente hidratación en puntos críticos. El cierre vehicular bajo el Obelisco no fue el mejor en 2013, ya que uno corre al lado de los carros, camiones y camionetas, que en nuestros lares sabemos no prodigan educación vial. La salida, debo señalarlo, se realizó a través del método de corrales, lo que siempre agradecemos los corredores gorditos para que no nos pasen como estampida por encima. Desde hace unos años patrocina BAM (que raro!).
  • Participantes: Alrededor de cinco mil corredores, cuatro mil inscritos y como mil piratas. Para corredores con algo de ruta en las piernas, no la recomiendo para principiantes, es una carrera exigente..
  • Medalla y parafernalia: Una expo de dimensiones importantes en el Parque de la Industria, me han dado en ella la segunda de mis playeras favoritas para correr, que es roja y de manga larga, con un logo discreto en el pecho. Se corre con chip.
  • Comentarios finales: Ahhhh, la Max Tottita es una carrera jodida pero bella, recorriendo las partes más "bonitas" de la Ciudad, por las montañas de la zona 16, y si el aliento alcanza la vista es preciosa. La carrera en sí es demandante, por lo que recomiendo no tomarla a la ligera y prepararse, al menos, con unos tres meses de corridas continuas, gimnasio y buena alimentación, mejor si es bajo la tutela de algún entrenador.

4. Media Maratón Yo Amo ES -San Salvador, El Salvador, mediados de febrero.
  • Recorrido: Perdonen acá que mis descripciones no puedan ser tan tediosas como en los numerales anteriores, pero no conozco tan bien San Salvador como para dar referencias exactas. Gran parte de la carrera se corre fuera de la ciudad; empieza cerca de la zona aledaña a la Embajada de Estados Unidos y sale con rumbo a un "municipio" aledaño denominado Huizucar, pero al que todo el mundo le dice "uijuca..." (jajajaja). Es jodida, para empezar hace más calor que en Guatemala, y la elevación parcial y total es mayor incluso que al trazado de la Max Tott, un par de cuestas de antología antes de regresar por la parte del Viejo Cuscatlán y de allí hacia el punto de meta que es el mismo que el de salida. RUTA DE DIFICULTAD ALTA.
  • Organización: Bien organizada, sobreabundó la hidratación, lo que siempre se agradece.
  • Participantes: Se me antojó una carrera pequeña, quizás porque en El Salvador todo es así, pequeñito y entrañable, eso sí, bastantes corredores de toda Centroamérica, y una delegación grande de guatemaltecos, desde la élite, hasta corredores recreacionales como este su servidor. Un bonito detalle fue que a mi llegada a la meta, el buen amigo CR que hizo de anfitrión, me entregó la bandera de Guatemala que había llevado en mi equipaje, y me hicieron una buena bulla y upas, lo que reconforta el corazón, el alma y hasta las piernas.
  • Medalla y parafernalia: La playera para correr que más me gusta me la dieron en El Salvador, de un anaranjado eléctrico al que me fuerzo no relacionar con los patriotas en Guate-balita. Ligera, con un diseño pequeño al frente y los patrocinadores a la espalda, está hecha en una tela de lo más fresca. La uso para las ocasiones grandes en Guatemala. La medalla preciosa, un pequeño espejo con ese logo dinámico de la carrera y una cinta de un azul vibrante.
  • Comentarios finales: Una experiencia enriquecedora, esa del turismo deportivo, aumentada a niveles exponenciales por las finísimas atenciones de mis amigos CR y AE, quienes me trataron a cuerpo, no de rey, sino imperial. Este 2014 sin las fuerzas y los recursos me alcanzan, la quiero volver a correr.
Y bueno, la elaboración de esta entrada me ha resultado trabajosa, con el entrenamiento y el trabajo, que se ha desatado pleno. Como con las corridas, apretaré en las crónicas.

Nos miramos en la rutita.

-Wild Snorlax flew away!

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