Dawn of a promising day...

Dos años y unos días hace, era diciembre, era 2011 con sus fríos y sus carreras, eran las fiestas navideñas, que para los chapines es muchas veces el árbol gallo, el desfile navideño (aunque ahora ya no hay, pero cuántos no disfrutamos en la infancia de ese colorido, esa luminiscencia, esas ilusiones) y la compulsión por comprar de la que no se puede escapar en esta sociedad de consumo... en ese entonces, tenía yo ya un año al menos (eso es, desde 2010) de estar asistiendo con regularidad al gimnasio, en mi batalla sin fin contra mis libras, mis excesos, mi pereza y mi procrastinación.

Había logrado en ese momento perder una buena parte del peso que suelo cargar de sobra, además de ganar cierto buen tono muscular, por lo que un dilecto amigo (de los pocos que tengo, porque soy así, medio asocial, poco gregario, o como me gusta pensarme: lobo estepario), cuya esposa es una gran atleta y excelente corredora, me invitó, o debería decir mejor, me retó a correr la carrera San Silvestre, ese jolgorio con que cierran el año muchos atletas y aficionados, entre disfraces, porras y promesas al futuro.

Fueron diez kilómetros apenas, pero entonces me representaron una tortura, sí, pero también una fascinación. Esa Avenida de la Reforma se me hizo una pista de infinito sufrimiento.

Esa fue mi primera carrera. La primera de todas.

No quiero aburrirles con la crónica sufrida de mis carreras y entrenamientos desde ese entonces, han sido muchos kilometritos sí, bastantes medallitas, satisfacciones, decepciones (algunas), pero en general un cúmulo de vivencias que me han hecho crecer como el (mal) ser humano que soy. Si a alguien se le antoja desperdiciar sus minutos, en mi libro-cara tengo un registro de las primeras que corrí, hasta mi primera media maratón, en agosto de 2012, los denominados 21k de la Ciudad de Guatemala, auspiciados por nuestro alcalde vitalicio Dark Lord Arzú.

Notas en el Libro-Cara... están nombradas "Historia de dos carreras" (son cuatro).

Y bueno, desde esa última nota en el libro-cara, he corrido bastante más, aunque la lucha con mi peso parece un empate: gano y pierdo libras en una rebotadera sin fin, estimo que en general he ganado cierta capacidad atlética que se mantiene.

No he dejado de correr en ningún momento desde ese diciembre de 2011, en 2012 y 2013 mal-corrí las siguientes medias maratones:
  1. 21k de la Ciudad de Guatemala - agosto 2012
  2. Media Maratón de Xela - noviembre 2012
  3. 76a Media Maratón Max Tott - enero 2013
  4. Media Maratón YoAmoEs, San Salvador, El Salvador - febrero de 2013
  5. XLIX Media Maratón Internacional de Cobán - mayo de 2013
  6. Medio Maratón de las Rosas - julio de 2013
  7. 21k de la Ciudad de Guatemala (2da vez!) - agosto 2013
  8. Media Maratón de Xela (2da vez!) - noviembre de 2013
Ahora me "preparo" para correr por segunda vez la Max Tott, que cumple 77 años en este 2014, lo que se me apetece tan cabalístico, y por preparar me refiero, además de correr tres veces por semana, a abandonar el gimnasio y engordar gracias a las delicias de la gastronomía guatemalteca para las fiestas (y digan que no practico la Guadalupe-Reyes, aunque tampoco soy abstemio).

Bueno, y a todo esto uds. que se arriesgan a leerme dirán, "y este gordo qué?", que siga corriendo (bien o mal) pero calladito, que haga sho! Y es que tarde como llego a todas partes, me apunto al blogger cuando la luz de este eclipsa por otras tendencias de la comunicación e interacción virtual, buscando llevar un registro de mis vivencias de acá hasta mi próximo objetivo: Correr una maratón en 2014

Y sí, se escribe bien rápido pero SÉ que es un objetivo BIEN JODIDO. Todas mis medias maratones (a excepción de la primera Xela) las terminé fundido, con el puro orgullo, y con un paso desastroso que se ha traído al plato inicios de carrera más o menos prometedores. SÉ que me falta mucho por correr. SÉ que me faltan muchas libras por botar. Pero quiero mi maratón, la quiero, mi preciosa, sé que puedo, hace dos años no podría imaginar haber completado tantas carreras como lo he hecho, y allí están, en mi pared prestada, una pequeñita colección de medallas que centellean desde su brillo de falso oro (o plata, según corresponda).

La Maya Maratón es la elegida (de las pocas maratones que hay en Guatemala), por lo general se corre la última semana de noviembre, por lo que tiempo para prepararse hay. Esos rumbos tampoco me son desconocidos, la carretera que circunvala el lago de Amatitlán me ha visto entrenar en repetidas ocasiones, ya que dos de mis tres estrellas cayeron por esos lares. (La foto que encabeza esta entrada, por cierto, es en la cima del llamado Monte Sión, en uno de mis entrenamientos matutinos).

SÉ como es la cosa. He encontrado un plan de entrenamiento que me parece muy asequible, de Hal Higdon, lo empezaría a poner en práctica en la última semana de julio (tan venturosa ella), por lo que tengo de acá a esa fecha para bajar de peso, regresar al gimnasio para ganar fuerza y correr, correr, correr y correr.

Luego de la Max Tott quiero regresar a El Salvador, a la magnífica hospitalidad de mis buenos amigos CR y AE, responsables en alguna medida del inicio de esta locura; animarme a esa media en el "Valle de la Esmeralda" a través de las campiñas del occidente guatemalteco (San Marcos); regresar a Cobán a mejorar tiempos (tal vez la carrera más linda de Guatemala). 

He logrado ya en un par ocasiones correr los 10k bajo la hora, en general mi tiempo es de 1 hora y centavitos (desde 3 a 19 en el peor de los casos), el primer objetivo es lograr consistentemente correr los 10k bajo la hora, para lo cual tendría hasta marzo. En medias mi mejor tiempo ha sido 2 horas y media, en un par de ocasiones he llevado el ritmo para igualarlo y mejorar ese tiempo, pero a partir del kilómetro 15 se me acaban las fuerzas, me estrello contra mi particular "murito", me fundo, se me acaba la gas...

Toca regresar a Cobán y conquistarla, esa carrera, insisto, preciosa, que todo corredor que se precie tiene que experimentar, será mi medida sobre el cumplimiento de los objetivos en este mayo, si logro correrla con un registro significativamente menor a mis tiempos de las otras medias, me indicará que estoy en ruta para iniciar el asalto de ese gran dragón que me aguarda en los rumbos del lago de Amatitlán y la carretera que lo bordea.

Y ya, desde mi gregarismo dañado descubro que uno que no puede hacer solo las cosas, necesito aprender a correr mejor, la famosa técnica, el braceo, la respiración. En este rinconcito les quiero compartir, (o hablar, recitar al vacío si corresponde) mis andanzas, mis pasos, mis corridas en pos de ese objetivo.

Y luego de la Maya mi sueño secreto. Pero eso es texto para otra entrada.

Nos miramos en la rutita.

-Snorlax used rest!
-Snorlax is fast asleep!

Comentarios

Entradas populares